miércoles, 16 de enero de 2019

Sexos débiles


No hay sexo fuerte y sexo débil.
Solo hay sexos débiles.
Quizás sí haya sexo que engendre y sexo que mata, como decía Simone.
Pero los genitales y el cuerpo no tienen nada que ver con eso.
Solo hay sexos débiles.
Coger para abrazarse.
Necesitar desesperadamente la ternura, como decía Lemebel.
Que todo esté mal en este mundo porque falta la ternura.
Solo la ternura acompaña la falta.
La abraza. La contiene. La sostiene.
Nos sostiene la ternura porque solo somos, solo hay, sexos débiles.
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
dice el tierno Pedro chileno.
Cómo cuesta encontrar el amor.
Hablemos de ternura, compañerxs.
¿No es el orgasmo acaso un modo de la entrega?
¿no se entrega unx desde la debilidad,
desde la ceguera que es confianza
en que algunx otrx te ataje,
te agarre,
vele tu éxtasis como unx compañerx de viaje?
Homosexualizar la vida, feminizarse.
No se confundan con la sintaxis,
que no nos engañe la gramática
como una madre que esconde a su hijx el pesar del mundo.
No existe el lugar desde el cual feminizarse es lo otro.
Antes lo entiendas, antes la ternura que añorás sin saberlo
mostrará su cara.
Deponer las armas
(todas las armas son pseudofalos
y no existe el falo, solo sus sucedáneos).
Nos falta una erótica de lo tierno,
de ese beso que se da con deseo
pero que también busca en la boca del otro
saciar una demanda de afecto.
Pedir la ternura con la boca, con la lengua, en silencio.
Que se apague la mente que calcula
o los modos consumistas de los cuerpos.
Besarse para abrazarse las bocas,
para sostenerse en un silencio parlante
que habla la lengua de la ternura,
el idioma de la falta
de los sexos débiles que se sienten solos
pero con ese beso,
menos solos por un rato.
Una comunidad de los sexos débiles,
una política de la ternura,
un programa del abrazo,
una educación en la falta,
una pedagogía de las caricias,
una estrategia de la amistad amorosa.
Ustedes saben
cómo cuesta encontrar
el amor en estas condiciones.
Inventar, entonces,
la posibilidad tierna
de que el amor ya no haya que encontrarlo
porque nunca lo hayamos perdido.